Tortilla rellena de queso provolone

Pelar las patatas y cortarlas en rodajas del mismo grosor, sin que estas sean muy finas pero tampoco gordas. Aprovechamos para sacar ya el queso provolone de la nevera (si está frío será difícil que se derrita).

En un recipiente apto para microondas, ponemos las patatas y un chorro de aceite de oliva virgen extra. Cerramos el recipiente y ponemos 9 minutos a máxima potencia.

Mientras tanto, si la queréis con cebolla, pochadla en una sartén con aceite de oliva, a fuego medio hasta que esté dorada.

Cuando pasen los 9 minutos de las patatas, abrid el recipiente con mucho cuidado de no quemaros. Removedlas y volved a meter, 7-8 minutos más.

Una vez pasado el tiempo, abrimos el recipiente y esperamos un poco a que se atemperen las patatas (comprobad que estén bien cocinadas)

Añadimos los huevos y la cebolla y removemos bien. A mi personalmente me gusta machacar un poco la patata, no encontrarme los trozos grandes en la tortilla.

Ahora ponemos en la sartén (mejor si es antiadherente) un chorro de aceite de oliva virgen extra y calentamos a fuego medio-alto.

Ponemos la mitad de las patatas, añadimos el disco de queso provolone, y cubrimos con el resto de patatas.

Cocinamos como una tortilla normal. Para que el provolone quede derretido es importante que no esté frío y adquiera calor suficiente. Si os gusta la tortilla muy hecha, es posible que llegue a ese punto con facilidad. Si os gusta jugosa, os recomiendo que al provolone le deis un calentón rápido de microondas (se derrite muy rápido, solo un momento, que veais que se ablande pero no se derrite).