Polvorones sin gluten

En mi caso, al disponer de almendras naturales con cáscara, (no hueso), lo primero que haríamos sería poner agua a calentar. Cuando rompe a hervir, vertemos las almendras y las dejamos hasta que rompa otra vez a hervir. Las colamos y las enfriamos con agua fría para, posteriormente, pelarlas. (Dato: de esta manera se pelan muy fácilmente, simplemente con hacer un gesto parecido al de pellizcar) ID

Ponemos una sartén a calentar, y sin añadir nada de aceite, vierto las almendras y las movemos sin parar, a fuego medio hasta que estén tostadas. Recuerda, que las almendras siguen cocinándose, después de retirarlas del fuego. Por lo que lo suyo en extender inmediatamente en una bandeja para que se enfríen.

Cuando tengamos las almendras suficientemente frías, nos disponemos a verterlas sobre un robot de cocina. (Dato: podéis separar unos 30 gramos de las almendras tostadas para triturar ligeramente antes de hacer harina, e incorporar a la mezcla y así darle un toque crujiente a nuestros polvorones). Las trituramos con el turbo, evitando que las almendras se calienten ocasionando la salida de su aceite. Lo que necesitamos obtener es una harina. Tengo que admitir que en mi caso, se me pasó un poco y se me hizo una especie de crema. Pero tampoco ocasionó ningún inconveniente en la elaboración de los polvorones.

En un bol, vertemos todos los ingredientes. Tengo que aclarar, que la ralladura es de unos dos limones, no hace falta pesarlo. En cuanto a los dátiles, utilicé pasta de dátiles, cuya receta os dejo en mi perfil. Si os decantáis por los dátiles enteros, lo recomendable sería que los picáramos finamente para evitar su presencia. Su función es aportar dulzor a la receta. En cuanto al aceite de coco, lo adecuado sería calentarlo previamente, hasta que se quede líquido.

Mezclamos hasta obtener una masa homogénea. Con esta receta, la textura debe ser la idónea para evitar que se quede ni muy seca ni muy húmeda. Es decir, que a la hora de hacer la forma la mantenga y en el horno no la pierda.

Dejamos reposar la masa, por unos 10-15 minutos, para que coja cuerpo y se pueda hacer la forma del polvorón sin dificultad. Esta masa debe dar para unos 15-20 polvorones, depende un poco del tamaño que queramos. Antes de hacer las formas, para no perder tiempo, precalentamos el horno a unos 180 grados. Hacemos las formas de alargadas con un grosor de unos 3 cm. Este tipo de masa, al no tener gluten es difícil hacerla con cortapastas ya que se demora mucho. Recomiendo hacer las formas con la mano, ya que con la ayuda de estas mantenemos mejor la forma.

Horneamos a 180 grados durante unos 10-15 minutos. Dejamos enfriar durante unas dos horas. En mi caso, compré papel para polvorones para darles ese toque más profesional. Pueden conservarse a temperatura ambiente metidos en una caja/lata. Estos polvorones puede durar en condiciones óptimas, unas 2 semanas aproximadamente. Pero ya os digo, que están tan ricos que no llegan a la semana.