Albóndigas de la abuela.

Ponemos en un bol. La carne picada (yo la compro en carnicería y pido que me la piquen para mi), pizca de sal, perejil, pan rallado, leche y mezclamos bien ( las cantidades las hago a ojo, que no se peguen en las manos, pero tampoco que queden mazacote) Después hacemos bolitas, a mi me gustan más bien pequeñas, pero eso es para gustos y las pasamos por harina de avena. En una sartén echamos aceite (unas dos o tres cucharadas) y doramos las albóndigas (cuando estén doradas las sacamos aunque no estén hechas por dentro).

Las reservamos. En ese mismo aceite echamos la cebolla picada en juliana y el tomate pelado cortado en trozos y un poco de sal. Lo dejamos a fuego medio-bajo hasta que la cebolla se poche. Echamos un chorrito de vino blanco y subimos el fuego para que se evapore el alcohol. Una vez evaporado, trituramos y colocamos en una cazuela a fuego alto. Echamos un vaso de caldo de pollo (si tenéis hecho por vosotros mejor, yo usé de Tetrabrik), rectificamos de sal y cuando rompa a hervir ponemos las albóndigas y bajamos a fuego medio-bajo unos 10 minutos. A disfrutar!