Masa filo

Mezcla todos los ingredientes en un bol. Deja reposar la mezcla 15 minutos para que la harina absorba bien la humedad. Amasa 3 minutos y envuelve con film transparente dejando reposar una hora en la nevera.

Amasa de nuevo la masa y divídela en porciones más o menos iguales (según el tamaño que prefieras, a mí me salieron 16 porciones cortándola como una pizza, quedando luego del tamaño aproximado de un plato llano)

Aquí es donde viene ahora la clave. Importante: mezcla harina de espelta y maicena a partes iguales (unos 150g en total). A esto le vamos a llamar mezcla.

Pon mezcla en la mesa de trabajo. Esto es muy importante para que la masa no se pegue. Coge una porción y amásala con el rodillo hasta que que quede lo más fina posible (hasta que ya no puedas más), con tamaño aproximado de un plato pequeño. Échale mezcla por ambos lados y aparta. Repite el procedimiento con unas cuántas porciones más y ve poniendo una encima de otra (yo lo hice de 5 en 5), con mezcla en medio para que no se peguen entre sí.

Ahora vuelve a aplastar con el rodillo. Al estar todas juntas de nuevo podremos aplastar hasta que ya no podamos más, y quedarán con el tamaño definitivo.

Ahora ve separando hoja por hoja con cuidado. Repite el proceso hasta terminar.

La que no vayas a usar en el momento se puede guardar y congelar, siempre con mezcla entre hoja y hoja para que no se pegue.

Y listo para rellenar de lo que quieras. Muy versátil. Cumple el mismo uso que una masa filo ultraprocesado.