Quiché de espinacas y carne picada.

La base de toda quiché son 2 huevos batidos mezclados con un brick pequeño de nata. Para que la quiché salga más sabrosa, recomiendo añadir un poco de sal, pimienta y nuez moscada a ésta base.

Precalentar el horno a 200°C, mientras vamos cocinando los alimentos.

A continuación, en un molde (el mío es de silicona) acoplar la masa y hacer unos orificios en la base con la ayuda de un tenedor, para cuando la pongamos al horno no genere burbujas indeseadas.

Una vez cocinados todos los alimentos que formarán parte de la quiché, añadirlos a la base de huevo y nata previamente preparada para que marinen y den gusto a la mezcla.

Todo seguido, verter la mezcla de la quiché en el molde con la masa previamente ajustada a las paredes y con sus agujeritos en la base para que no hinche.

Una vez lo tengas, el siguiente paso ya es poner un poco de queso rallado (en mi caso el emmental de Mercadona) para que gratine y le dé un toque crujiente.

Metemos la quiché en el horno con cuidado de no derramar nada, a una altura media-baja en una bandeja de rejilla (mi horno tiene 5 alturas, contando de abajo a arriba iría en la 2). El tiempo de horneado si está caliente suele ser entre 20-30 minutos a 200°C, dependiendo del horno y los grados variará.

Recomendación: Cuando estén ya los bordes superiores de la masa de la quiché marrones (como los de la foto) recomiendo desmoldar la quiché y meterla un par de minutos para un acabado crujiente y homogéneo de la masa de la quiché por abajo y por los laterales.

Espero que te haya gustado mucho la receta y empieces a aplicarla. ¡Qué aproveche!