Croquetas de pollo y queso

Para el relleno: En una sartén a fuego medio con un poco de aceite de oliva pochamos una cebolla mediana o media grande con una pizca de sal. Cuando esté transparente metemos en la sartén la pechuga de pollo entera, ya salpimentada por ambos lados, sellamos por un lado y le damos la vuelta. Añadimos el vaso de caldo de pollo y tapamos la sartén y dejamos a fuego medio que se vaya cocinando durante unos 15-20 minutos. Cuando ya se haya cocinado el pollo lo sacamos y dejamos enfriar, después lo troceamos (a mí me gusta trocitos pequeños pero que se note, pero eso ya al gusto). Trituramos lo que quede de caldo y la cebolla y reservamos.

Para la bechamel: En la misma sartén que utilizamos para el pollo echamos 60 gramos de mantequilla, al mismo fuego medio, y dejamos que se funda, una vez fundida la mantequilla añadimos los 60 gramos de harina de avena y con unas varillas incorporamos la harina a la mantequilla removiendo, y cocinamos durante un par de minutos para que se le quite el sabor a crudo. Mientras tanto calentamos en un cazo medio litro de leche desnatada sin que llegue a hervir. Cuando ya esté cocinada la harina y la leche caliente incorporamos el medio litro de leche y removemos sin parar con las varillas hasta que empiece a espesar.

Una vez esté empezando a espesar pero todavía no lo haya hecho del todo, añadimos el caldo que habíamos reservado, el pollo bien troceado y el queso gorgonzola. Podemos también añadir un poco de nuez moscada. Seguimos removiendo e integrando todo muy bien, y una vez fundido el queso probamos y rectificamos de sal si es necesario. Removemos con las varillas hasta que haya espesado del todo, para mí el punto está cuando al volcar un poco la sartén hago un surco en la mezcla con las varillas y se va cerrando lentamente.

Echamos la masa de las croquetas en una fuente y aplanamos con la ayuda de una paleta y dejamos enfriar hasta que atempere. Una vez la masa este más fría, la tapamos con papel transparente, que tiene que estar pegado a la superficie para evitar que se haga una costra encima, la metemos en el frigorífico y la dejamos 8 horas, aunque mejor de un día para otro.

Para formar las croquetas con una cuchara cogemos un trocito de masa, yo la paso primero por pan rallado y le doy una cápita muy fina para poder darle forma con mucha más facilidad, luego por huevo y de nuevo pan rallado para terminar el rebozado de la croqueta. Con estas cantidades dan más o menos para unas 26-27 croquetas.

Por último ya las hacemos, yo las de la foto las he frito en AOVE pero otras veces las he hecho al horno, a 200 grados entre 10-15 minutos, o incluso en una freidora de aire a 200 grados unos 10 minutos también quedan genial. ¡A disfrutarlas! 🤤